jueves, 23 de agosto de 2012

Hipótesis (Borrador)

Surgimiento del Mercado Laboral Femenino


Después de gran parte de la fuerza laboral de los países occidentales debiese partir a la guerra, en la década de 1910 y 1940, las empresas que debían abastecer a la maquinaria bélica se encontraron de pronto sin fuerza de trabajo y con una gran demanda de bienes que permitieran seguir batallando. La Industria entonces empezó a considerar a las mujeres como mano de obra. 
En esa época la participación femenina en instancias ajenas a las labores caseras era escasa, de hecho la primera mujer que daba cátedra de Física en la Universidad de la Sarbona en París, fue Marie Curie el año 1906, el voto femenino en Chile se autorizó recién el año 1934, y en países como Afganistán y Andorra se permitió en los años 1963 y 1970, respectivamente. (Wikipedia, 2012) Antes de la Revolución Industrial y su relación con las Guerras Mundiales, las mujeres occidentales tenían una de dos alternativas: Casarse o asumir los hábitos religiosos. (Zárate y Godoy, 2005)

Mujeres trabajadoras de la fabrica de zapatos Alvarez en Bilbao, España. 1920
Las relaciones femeninas estaban fuertemente enlazadas al poder económico que tenía su familia sobre ellas, sin embargo, en la medida en que su participación laboral empezó a aumentar, así también fue evolucionando su identidad, ya que fueron adquiriendo mayor poder económico. Esta evolución sembró las bases de movimientos sociales sufragistas y feministas, que proponían una idea que, en la época (y aún hoy) resultaba revolucionaria: Las mujeres podían hacer las mismas cosas que los hombres... e incluso mejor, como pregonaban los movimientos feministas.
Marcha de Sufragistas, Santo Domingo, 1942.
Según plantea Zelizer, V. (2000) los vínculos sociales están afectados por dimensiones culturales y económicas, siendo el dinero un factor en las relaciones que incide sobre el poder de negociación de cada parte. La revolución feminista de mediados del siglo XX no sólo significó una revolución política, sino que también influyó en el desarrollo del actual rol que cumple la mujer en la sociedad y en su casa. Además, este movimiento generó otro efecto en el ámbito económico: se integró a las mujeres al mercado laboral.

Este proceso de integración a un nuevo rol está aún lejos de haber superado todos sus reveses. Aunque es cierto que la participación femenina a nivel global está aumentando, no necesariamente a un nivel igualitario que los hombres, ya que perciben en promedio una remuneración bastante menor, aún en los mismos cargos aunque particularmente en las posiciones de mayor responsabilidad. (CASEN, 2009; Cabezas et al., 2011). 

Por otro lado, el haber ganado un nuevo rol no significa que haya "perdido" alguno de los que la mujer ha desempeñado tradicionalmente, generándose un fenómeno estudiado en la literatura como "Conflicto trabajo - familia" (Barros y Barros, 2008). Pese a que éste conflicto afecta tanto a hombres como a mujeres, en el caso de éstas últimas se traduce muchas veces en el abandono del trabajo en pro de la crianza de los hijos, rol que no es asumido de forma generalizada por sus parejas. (Godoy y Mladinic, 2009)

Hipótesis respecto del Mercado Laboral femenino en la actualidad


Se considerará el Mercado Laboral Formal, es decir, sin considerar trabajos a medio tiempo, emprendimientos o servicio doméstico, sino que aquella demanda de fuerza laboral a la que se le ofrece un contrato y un salario según las condiciones legales correspondientes. Los oferentes en este mercado son las personas que cumplen ciertos requisitos de experiencia y formación para poder ocupar un cargo, y los demandantes son las organizaciones que requieren llenar o crear una vacante con el trabajo de algún candidato disponible en la fuerza laboral de un país. Asumiremos que una persona que ya está trabajando se mantiene en el Mercado Laboral, ya que puede ser reclutado aún sin dedicarse a postular a ofertas de empleo, a través de la gestión de un Head Hunter.

Al momento de incorporar personas a sus filas, las organizaciones realizan procesos de evaluación de los candidatos, para disminuir lo más posible el riesgo de contratar a una persona que no responda a las exigencias del cargo con los estándares de desempeño exigidos por la empresa. Generalmente inician filtrando los currículum de los candidatos, para ir pasando a las siguientes etapas de evaluación sólo a aquellos que cumplen con ciertos criterios predefinidos.

Los estudios han encontrado que los aspectos valorados por el mercado laboral y que promueven la participación femenina en las empresas son la educación, el número de hijos y el estar soltera, además de algunos factores culturales como los valores más liberales en las familias y en las propias mujeres, se relacionan positivamente con la participación femenina en el mercado laboral. (Contreras y Plaza, 2007)

Considerando que el mercado laboral es un intercambio, donde ambas partes buscan maximizar su beneficio, quisieramos conocer cómo la maternidad incide en el valor que se da al trabajo femenino, en particular luego de un año de implementada la ley que otorga un postnatal de 6 meses.
 









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